Por Mauricio Rojas Hess
Diego Maquieira(1951-) es un poeta de este y otros tiempos variados y escapados de escuelas semánticas o convenciones creativas. La atemporalidad de sus textos permite que a dieciocho años de publicado “Los Sea Harrier”, aún pareciese que fueran de un tiempo próximo, aún no explorado, aún por pasar, pero que este poeta chileno se encarga de cifrar por una calle abierta y autónoma.
Los Harrier van mutando, pudiendo ser una máquina voladora por la que transitan historias surrealistas o pinceladas de paisajes de historia, a modo de crítica o ironía; pero que de igual modo es un poemario que traspasa y transgrede toda forma de construir poesía.
Al leer el largo poemario los “Sea Harrier” asoma la interrogante de si realmente Diego Maquieira queda pasado del lenguaje en su prosa desinhibida o es un hipertexto en la volada Maquieira.
Pasan años y múltiples vates chilenos de distinto gramaje y tonalidad literaria robustecen la tradición poética nacional, y a pesar de ello el olimpo del lenguaje Maquieira no cede, ni es parte ni voz en delegaciones chilenas de escritores en ferias internacionales; sino que es una voz subterránea que traspasa la forma literaria y que aparece sin prisa (su aparición literaria no es prolífica).
“Les enviamos unos Harrier con bombas de racimo y unos cuadros de exposición de Mussorgsky como regalo previo a la masacre, al año nuevo que les íbamos a dar a nuestros hermanos de Iuz, aunque la luz se la íbamos a llenar de humo cuando nuestro radar se fue copado en sombras dándonos la señal para la emboscada del cielo”