Desafiando la gravedad, el artista ilusionista Li-Wei, levita en humo rosa como si fuera algodón de dulce.
La performance del monje volador y como su mismo ejecutor señala, es una reflexión sobre el artificio, la naturaleza de la realidad y el samsara (asociado al budismo)
La obra de Li-Wei, mezcla una serie de espejos, andamios y otros trucos extras, logrando una simulación de vuelo.