En Xtojil, a unos 20 kilómetros de Chichén Itzá en la península de Yucatán, en México, un grupo de arqueólogos descubrieron, varios entierros mayas que datan de hace unos mil 200 años de antigüedad.
Gran parte de lo hallado corresponde a entierros los que se descubrieron dentro de tumbas líticas llamadas cistas (cavidad rectangular protegida y cubierta por lajas de piedra), en las que se hallaron alrededor de 30 piezas de cerámica, dos de las cuales tienen jeroglíficos.
El INAH indicó que los entierros fueron colocados entre los años 600 y 800 d.C. antes de que Chichén Itzá se convirtiera en un gran centro ceremonial, además, de determinar a los expertos que hace más de 1.200 años existía una densidad de población importante dispersa en asentamientos en torno a los cenotes, aunque más tarde y por diversas razones se desarrolló Chichén Itzá como el centro más importante del área.
Dentro de las tumbas se encontraron unas 30 piezas de cerámica como platos, ollas, navajillas de obsidiana, cuentas de jade y pendientes de concha. Asimismo, de las 10 tumbas, siete se encuentran en un basamento de 1,80 metros de largo por 60 centímetros de ancho en promedio.