Pompeya, ciudad de la antigua Roma, ubicada cerca de Nápoles, destruida a causa de la erupción del volcán Vesubio en el año 79 d.C. lo que la llevó a permanecer enterrada por la lava y cenizas del volcán y habiendo sufrido posteriormente terremotos; hoy, es un museo al aire libre que registra 2,5 millones de turistas al año y es considerada por la UNESCO como uno de los tesoros arqueológicos más importantes a nivel mundial debido a su alto valor histórico y cultural.
El deterioro que ha sufrido la antigua ciudad con el correr de los años y derrumbes de algunos sectores como la “casa de los gladiadores” (2 mil años de antigüedad), ha motivado a las autoridades italianas a lanzar un proyecto de restauración y conservación de Pompeya, el que fue firmado en Nápoles por el ministro de Patrimonio Cultural, Lorenzo Ornaghi y el primer ministro de Italia, Mario Monti.
El objetivo del proyecto es proteger las construcciones y objetos ya deteriorados, y a su vez, reforzarlos y restaurarlos; lo que tendrá un costo de 105 millones de euros, el que será asignado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, según lo indicado por la agencia de noticias italiana ANSA, y mediante la búsqueda de patrocinios y privados a cargo de la UNESCO.