Por chicanos se conocen a los descendientes de mexicanos que optaron por quedarse en las tierras situadas al norte de la frontera de Estados Unidos y de México, una vez que ésta quedó demarcada en 1848 por el Tratado Guadalupe Hidalgo. Según ese acuerdo, México cedió más de la mitad de su territorio al vecino país.
De este modo, se convirtieron en una suerte de mexicano/americanos, los cuales unidos a los que año a año emigran desde México en busca de mejores oportunidades, dan vida a la comunidad latina más numerosa de los Estados Unidos.
El Arte Chicano se desarrolló en la década de los 60 durante la explosión del movimiento de derechos civiles en los Estados Unidos. Él representa la expresión artística de los latinos en los Estados Unidos, quienes hacen frente a una extrema opresión racial, social y política en el que es su propio país. Pero el Arte Chicano no sólo está motivado políticamente, sino que explora la identidad, el humor, la religión y la expresión individual.
Los historiadores afirman que las primeras obras de la plástica chicana fueron creadas en las comunidades campesinas del valle central de California durante los años 60. Esos trabajos fueron inspirados, con frecuencia, en el desarrollo político y cultural de la clase humilde trabajadora de mexicanos californianos.
Entre los artistas importantes del arte chicano, se encuentran Rupert García, que combina aspectos de la Escuela Mexicana y el pop art; Carlos Amaraz, fallecido en 1989, que trata temas de accidentes automovilísticos y escenas urbanas; Carmen Lomas Garza, que utiliza la memoria para crea lenguaje plástico el cual describe la vida rural de los chicanos.
Entre las creadoras chicanas más conocidas están Amalia Mesa Bains y Yolanda López: mientras la primera de ellas realiza una suerte de altares con personajes fallecidos mejicanos , como Sor Juana Inés de la Cruz, Frida Kahlo o Dolores del Río, la segunda utiliza para la mayoría de sus obras la imagen de la Virgen de Guadalupe.
La lista de estos artistas es muy extensa, y cada día se extiende más al sumarse jóvenes y nuevos artistas a esta tendencia artística. De hecho, la historia chicana, al igual que su arte, se define y se caracteriza por el flujo, la negociación y la transformación de dos culturas y dos idiomas; pertenece a más de un lugar y cruza más de una frontera: la del arte latinoamericano y la del arte estadounidense.